En las empresas familiares es habitual que los socios firmen un protocolo familiar, en el que se establezcan reglas para evitar que las relaciones familiares interfieran en la marcha del negocio. 
Una empresa familiar debe superar las dificultades que conllevan las relaciones entre la familia y el negocio, y en este sentido el protocolo familiar es una herramienta eficaz para establecer unas normas claras que faciliten la convivencia presente y futura. Debe ser único y diferente para cada empresa, ya que cada empresa tiene características propias que lo identifican y la diferencian. 
Uno de los aspectos más relevantes que debe contemplar la empresa familiar es el relevo generacional, clave en todas las empresas de propiedad familiar, pues prever todos los aspectos de sucesión mirando al futuro, es garantía de tranquilidad tanto para las dos generaciones (presente y la futura) como para la estabilidad del proyecto empresarial. 
El protocolo familiar está regulado por el Real Decreto 171/2007 de 9 de Febrero.

¿Qué es el protocolo familiar?

Se trata de un instrumento jurídico que, con independencia de la regulación societaria, pretende ordenar las relaciones entre empresa y familia, constituir una herramienta que permita diseñar el correcto relevo generacional en la sucesión de la empresa familiar, así como planificar la forma de trabajar, de gestionar, de organizar y desarrollar la sociedad con éxito en que toda la familia implicada esté de acuerdo.
La protocolización en la gestión de la PYME es indispensable para favorecer los beneficios de la empresa familiar (proximidad, afecto en el trato, tendencia a la continuidad laboral y los contratos) y potenciar su eficacia. 
La responsabilidad de revisar, diseñar y actualizar el protocolo familiar va a cargo del consejo de familia.

¿Qué es el consejo de familia?

El consejo de familia es el órgano de carácter decisorio que diseña, define y aprueba estrategias familiares de relación con la empresa. Las funciones del consejo de familia son:

  • Resolución de problemas que se produzcan entre familia y empresa.
  • Estudiar la cultura familiar y sus valores.
  • Definir la política de dividendos, la de venta de acciones y la regulación de nuevos familiares.
  • Política de retribución de los familiares empleados en el negocio.
  • Definir métodos mediación de conflictos familiares.
  • Organizar y dirigir los procesos de sucesión.
  • Defender los derechos de los miembros no trabajadores de la familia.
  • Diseñar, revisar y actualizar el protocolo familiar.

Beneficios de constituir un protocolo familiar:

  • Evitar problemáticas o conflictos que puedan surgir en el marco de la empresa derivados de los vínculos familiares de la propiedad. 
  • Garantizar la tranquilidad a la generación actual y la sucesora para alcanzar un relevo generacional con éxito. 
  • Mantener la confianza entre socios y la identificación con la empresa familiar, asegurando la continuidad generacional del proyecto. 
  • Los acuerdos alcanzados en el protocolo, en cuestiones críticas para la empresa y las personas, contribuyen a la unión y cohesión del colectivo familiar, consolidando el equipo. 
  • La fijación de requisitos y niveles de exigencia en el ejercicio de las funciones eleva la profesionalidad de la gestión de la empresa familiar. 
  • La publicidad del protocolo familiar, mejora la imagen corporativa de la empresa y el prestigio de la familia empresaria, ya sea por su contenido o por su simple existencia.
  • La definición de planes de formación y de planes de carrera aporta la libertad imprescindible para el desarrollo profesional de los miembros de la familia empresaria.

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